Resumen:
Actualmente se considera que el cáncer es el resultado de una serie de eventos genéticos progresivos que llevan a la acumulación de alteraciones en genes específicos. Estudios realizados en los últimos años indican la existencia de anomalías cromosómicas asociadas a los distintos tipos de neoplasias, encontrándose diferentes cromosomas, regiones y bandas preferencialmente involucradas. Si bien hasta el presente no se conocen con exactitud los mecanismos por medio de los cuales se originan las anomalías cromosómicas en las células neoplásicas, se considera que las mismas estarían asociadas a una fragilidad cromosómica aumentada, causada por una inestabilidad genómica constitucional o por una exposición a clastógenos ambientales. Dado que dicha inestabilidad genómica resulta dificil de medir, la misma puede ser evaluada mediante el análisis de la inestabilidad cromosómica. El objetivo de este trabajo es estudiar la presencia de inestabilidad cromosómica medida a partir del análisis de asociaciones teloméricas (TAS), aberraciones cromosómicas (AC) e intercambio de cromátides hermanas (lCH) en patologías con predisposición al desarrollo neoplásico: colitis ulcerosa (CU), enfermedad de Crohn (EC) y pancreatitis crónica (PC). Se analizaron 36 pacientes: 25 con CU, 3 EC y 8 con PC y 24 controles, efectuándose cultivos de sangre periférica en medio F-lO suplementado con 15% de suero fetal bovino y PHA, durante 72 hs a 37°C, con el agregado de 5-bromo-2-deoxiuridina (BUDR) (lOug/ml) para 1;:evaluación de lCH. El análisis cromosómico se realizó con técnica standard y bandeo G secuencial. La evaluación estadística se efectuó mediante el test no paramétrico de Kruskal-Wallis. Las bandas afectadas fueron determinadas utilizando la fórmula de Brogger y la correlación con la localización de puntos específicos del genoma se realizó con el Test de Proporciones. El análisis de asociaciones mostró un aumento significativo del porcentaje de TAS en las tres patologías (10,00il,06 en CU; 10,00il ,52 en EC y 10,00i2,28 en PC) respecto de los controles (l,04:t0,22) (p<0,00l), así como del porcentaje de células con TAS: 8,72i0,79; 9,67i1,45; 8,87i2,03 y 0,96i0,18, en CU, EC, PC y controles, respectivamente (p<0,001), mostrando en todos los casos un predominio de asociaciones de simple cromátide. Los cromosomas más involucrados en TAS fueron: 10, 11 (6,12%) y 16 (5,71%) en CU; 5,7 y 17 (10%) en EC y 9 (9,38%), 16 (6,88%) y 20 (8,75%) en PC. La evaluación de AC presentó un incremento significativo en los pacientes tanto para el porcentaje de AC (5,48i0,70; 3,67zt1,45 y 3,88i1,00), como para el porcentaje de células con AC (4,80i0,62; 3,67i1,45 y 3,50zt0,82) en CU, EC y PC, respectivamente, comparado con los controles (0,66i0,24) (p<0,001). En CU, este análisis permitió detectar 14 bandas estadísticamente dañadas, de las cuales 78,57% coincidieron con la localización de sitios frágiles (p<0,001) y 85,71% presentaron una correlación positiva con puntos de ruptura asociados a cáncer (p<0,001), 25% de los cuales correspondían a alteraciones descriptas en carcinoma colorrectal. Asimismo, 57,14% de las bandas coincidieron con regiones donde mapean oncogenes y 35,71% de los puntos co-localízaron con genes supresores de tumor y/o regiones con pérdida de heterocigosidad, encontrándose el 80% relacionados con el desarrollo de cáncer de colon. E1 análisis de lCH mostró valores estadísticamente aumentados en CU (7,90i0,25) y PC (8,33i0,70), comparado con los controles (6,93i0,22) (p<0,006 y p<0,03, respectivamente), mientras que EC no mostró diferencias significativas (7,27i0,28). El ciclo celular no presentó modificaciones respecto de los controles, siendo los índices de replicación (IR) de l,80:t0,07; 1,85i0,15; 1,81i0,06 y 1,87:k0,05 para CU, EC, PC y controles, respectivamente. Estos resultados muestran la presencia de inestabilidad cromosómica en las tres patologías estudiadas, evidenciada por el aumento de todos los parámetros analizados, sugiriendo que la misma podría jugar un rol importante en el desarrollo de las neoplasias asociadas a estas entidades. Los hallazgos expuestos fundamentan la relevancia de este tipo de estudio en patologías con predisposición al desarrollo neoplásico, contribuyendo a una mejor caracterización biológica de las mismas.